Melgar, lección aprendida... no des un partido por terminado

Joel celebra el 1-0. Fue un golazo que sirvió, en frío, para sacar un empate en Matute que deja abierta la posibilidad de llegar a la final.
Melgar logró un  3-3 frente a Alianza Lima en el partido de ida de la semifinal del Descentralizado 2018 y tiene la mesa servida para concretar - este jueves a las 20 h en el Monumental Arequipa - su clasificación a la final del Descentralizado. 
El resultado en frío es bueno. Se consiguió el objetivo planteado antes de viajar a Matute: no perder. Pero nadie en tienda dominó quedó conforme. Se siente un sinsabor que llega con arcadas porque pocos entienden como de un 3-0 cómodo y holgado, se pasó en un minuto a un 3-2, luego un 3-3 y se terminó pidiendo tiempo para que acabe un partido que de ensueño pasó a ser pesadilla.
Todos manejan sus propias explicaciones. En la capital lo justifican como consecuencia de la actitud puesta por Alianza Lima que nunca bajó los brazos, a una hinchada que obligó a sus jugadores a olvidarse de sus limitaciones y los mandó adelante; pero en el caso de Melgar el análisis no es tan simple.
Son este tipo de desenlaces que cuestan creer, pero que suceden esporádicamente hasta a los equipos más pintados. Recordemos la Libertadores del 2006, cuando Cristal ganaba en Argentina 3-0 a Estudiantes de La Plata y lo termina perdiendo en los minutos finales 3-4.
Era el 3-0 de Loyola a los 64´. Cuatro minutos después comenzó la pesadilla.
Lejos de las virtudes aliancistas, los principales culpables de este empate fueron los rojinegros y la falta de resolución desde el comando técnico para reaccionar inmediatamente cuando Alianza de un momento a otro se puso a tiro de ganar un partido que lo tenía perdido.
Hasta los 23´del segundo tiempo, el resultado estaba en el bolsillo. El 3-0 era todavía generoso para Alianza, porque si Melgar lo quería hubiera metido por lo menos un tanto más. No fue un partido de fuerzas iguales. Salvo pasajes lógicos donde los grones tomaron la iniciativa, fueron los arequipeños que con su política de posesión  se adueñaron de las acciones hasta el punto que terminaron el primer tiempo jugando camotito a unos desconcertados volantes aliancistas.
A esas alturas el equipo ganaba fácil 2-0 con tantos de Joel Sánchez (24´) y Christopher Gonzáles (31´PT). Y no era casualidad, Melgar era más. Sánchez, Gonzáles, Arias y Biancucchi monopolizaron el manejo del balón en el mediocampo, mientras que Cuesta se las ingeniaba  para tener preocupados a los defensas.
La zaga no tuvo mayor trabajo al que está acostumbrado. Solo Hohberg inquietaba con Ramírez, el resto pasaba inadvertido.
El primer tiempo acabó con los aliancistas descontrolados al punto que el buen Butrón intentó agredir a Gonzáles y en medio de la trifulca, como para no ir perdiendo la costumbre, el árbitro Kevin Ortega expulsó al suplente Villamarín (la doceava roja en igual número de partidos).
Con Cuesta y Gonzáles con amarillas, se pensó que el técnico Torres los cambiaría para cuidarlos ante una muy posible segunda amonestación, pero no lo hizo. Mandó el mismo once.
Alianza, al igual que en el primer tiempo, estuvo animoso al inicio. Si llegaba al arco de Penny era por errores de Melgar y no por sus virtudes, es más, la más clara que tuvo fue un frentazo de Cuesta que casi fue autogol, pero chocó en el parante. Luego se fue desinflando y Melgar comenzó a retomar el control del partido. Así llegó el 3-0, esta vez en los píes de Loyola. Era el minuto 19´ST, ya pensábamos en un resultado histórico  y cerrado, pero...
El uruguayo Bengoechea comenzó a buscar soluciones en su banco y las encontró. Ordenó el ingreso Vílchez y Lemos. No pasó mucho tiempo para que todo de un vuelco total. A los 24´ST Affonso coloca el 1-0. El gol aliancista siempre era una posibilidad, remota pero posibilidad al fin y al cabo. No preocupó el descuento, porque serviría para que el equipo reaccione y salga del letargo en el que se había metido.
No hubo tiempo para replantear nada. A penas sacaron del mediocampo, les robaron la pelota y el contragolpe terminpo en el tanto de Quevedo. En un minuto Alianza había anotado dos goles y el marcador se ponía 3-2.
Ahí comenzó la pesadilla. Melgar se desdibujó por completo sin respuesta en la cancha ni en la banca. Torres y sus jugadores se llenaron de nervios inusuales en gente que tiene experiencia en este tipo de partidos, pero el colectivo estaba movido.
Comenzaron a surgir las dudas, los temores y Alianza se agrandó - gracias también - a una hinchada que los comenzó a empujar desde las graderías.
A los 32´ST Aldair Fuentes le ganó el vivo a su hermano Jean Pierre (volante de Melgar) y de un frentazo empata el marcador. Era el 3-3 a falta de 13 minutos para terminar el partido. Se hizo una eternidad para un equipo que de un momento a otro no podía dar ni dos pases seguidos, que perdía todas las divididas y que comenzó a defender con desesperación.
Torres sacó a Loyola, Biancucchi y Gonzáles, para colocar a Mifflin, Arce y Míguez. Las cosas no cambiaron mucho, sólo el uruguayo (volvió a jugar tras cumplir 3 fechas de suspensión) colaboró con tratar de ordenar la volante.
Cada pelota que cruzaba el mediocampo rojinegro tenía el sinónimo de peligro. Los últimos minutos fueron de pedidos constantes de la banca por escuchar el pitazo final. Melgar perdió toda su jerarquía y se volvió timorato. Le faltó cabeza para manejar el resultado.
Así acabó el partido. Alianza celebra el empate como un triunfo, en Melgar se toma como una derrota aunque matemáticamente sirva de mucho. El jueves el que gane el partido pasará a la final, en caso que se mantenga el empate todo se definirá en penales.
Mañana, lunes, el equipo retornará cerca de la 1 de la tarde a Arequipa.

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