Ysrael tuvo su despedida en familia

Thiago lleva el ADN futbolístico de su padre, Ysrael. 
Ysrael Zúñiga pasó a colocarse entre los futbolistas más importantes, sino el más trascendental, que ha tenido Melgar en sus 103 años de vida institucional. Su nombre de por sí ya es sinónimo del club dominó, privilegio que hasta hace algunos años era de exclusividad de Eduardo Márquez.
Pero a diferencia del Patato y de otros ídolos rojinegros como Genaro Neyra, Armando Palacios o el primer capitán que tuvo Melgar en 1915,Salomón Ramírez; Cachete se dio el gusto de tener su partido de despedida, de esos que todos los futbolistas sueñan tener y que muy pocos lo consiguen.
Ysrael se lo merecía y él lo sabía. Lo que no esperaba nadie era la poca respuesta del hincha melgariano que hace solo algunos días, tras la eliminación a manos de Alianza Lima, justificaba esa derrota por la ausencia de ese plus anímico que brindaba el goleador de 42 años de edad.
Muy poca gente acompañó a Cachete. Se merecía un mejor marco.
Su último partido oficial fue el pasado 25 de agosto. Quizá de ese partido tenga mejores recuerdos. Anotó un gol y fue alzado en hombros por sus compañeros ante más de 5,700 personas que vitoreaban su nombre. Esta noche solo lo acompañaron en su denominada Fiesta del Cachete algo de mil.
Así es el hincha, se habrá dicho para sus adentros. El esperaba y merecía más, mucho más por todo lo que le dio a un club al que le cambió la cara no solo deportiva sino económica y administrativamente, quizá esos sean los motivos que lo convierten en el mejor jugador de la historia de Melgar.
Consiguió un título nacional profesional en el 2015 y el subcampeonato nacional en el 2016. Pero no olvidemos que fue campeón nacional con la reserva en el 2014 y campeón del Torneo de Verano 2017 donde anotó uno de sus goles más recordados cuando bombeó el balón a Carvallo en la definición por penales ante UTC.
Pero ha tenido goles más importantes como el doblete que anotó en Tacna cuando logró el título nacional con la reserva frente a Universitario o el tanto que marcó a Cristal en la definición del título nacional luego de que Penny le atajará un penal.
Fueron 117 goles con el equipo profesional rojinegro desde su debut como goleador con un doblete el 13 de febrero de 1999 frente a Universitario hasta el pasado 25 de agosto de 2018 cuando anotó en el 3-2 a San Martín en la última fecha del Apertura.
Su aporte a Melgar no se ha limitado a esos goles, sino que ha traspasado la instancia netamente deportiva. Económicamente ha dejado a Melgar más de 2 millones de dólares por sus transferencias al Coventry de Inglaterra, Aurich y Bursaspor de Turquía.
Además ha tenido participación activa en el proceso concursal que se inició en el 2012 y que le cambió la cara al club. De ser un equipo de media tabla o peleando el descenso, pasó a ser desde el 2014 en uno protagonista que luchaba campeonatos que se refleja en un simple ejemplo: desde el 2016 Melgar ha clasificado regularmente a la Copa Libertadores.
Ha sido junto a Juan Reynoso los que animaron a Jader Rizqallah ha que invierta en un producto llamado Melgar, aunque siempre ha tratado de marcar distancias para no interferir en decisiones deportivas.
Los amigos de Zúñiga. Faltaron varios, pero los que estuvieron armaron la fiesta.
Quizá el hincha aún no valore la magnitud de la importancia que ha tenido Zúñiga en la historia de Melgar, pero en un futuro recién tomará conciencia que Ysrael fue mucho más que 117 goles oficiales.
Del partido de hoy quedará como una amarga anécdota la poca respuesta del público arequipeño. Fueron cerca de 35 jugadores los que asistieron a esta fiesta entre las que destacó el mundialista Miguel Trauco, pero también se vio en acción a los hermanos Guillermo y Fernando Del Solar, Franco Navarro, Martín Hidalgo, Larry Yáñez, Gerardo Gárate, Edson Domínguez, Juan Pajuelo, Jhon Galliquio, Leo Rojas, Edgar Villamarín, Martín Hildago, Pablo Zegarra, José Carranza, Diego Penny, Teddy Cardama, Christofer Gonzáles, Joel Sánchez, entre otros.
Hubo momentos personales muy importantes. Después de 28 años volvió a jugar con su hermano Christian Zúñiga (43) y su padre Hugo Zúñiga (68), antes lo hicieron en el Buenos Aires de Camaná.
Pero el instante más emotivo fue cuando invitaron a su hijo Thiago (7) a que ingrese al campo de juego para cobrar un penal. Imitando a lo hecho por Messi y Suárez en Barcelona ante Celta en el 2016, el pequeño Zúñiga le hizo un pase gol a su viejo para que anote. Luego vino el abrazo interminable entre padre e hijo.
En el entretiempo hubo un homenaje por parte de la comuna provincial que le entregó un diploma y medalla; también se hizo presente la Beneficiencia Pública y la Asociación de Criadores de Gallos de Pelea. ¿El club Melgar? Nada.
El futuro de Zúñiga seguirá ligado a Melgar. Se mantendrá como técnico en las divisiones menores, pero también tendrá que brindar un tiempo a su labor como consejero regional. Además seguirá cultivando su hobby de criar gallos de pelea, mantendrá su escuela de fútbol de menores y sus negocios en la construcción.

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