Argentina, el primer "campeón moral" del mundo



Todo inicio es difícil y hasta incierto, a esa regla no se escapa ni el fútbol. El primer mundial de fútbol que se disputó en Uruguay del 13 al 30 de julio de 1930 tiene historias que quedarán perennes en la memoria deportiva del mundo.
Participaron 13 selecciones, entre ellas la peruana que tenía entre sus integrantes al portero arequipeño Jorge Pardón. Que el estadio que se había construido para la ocasión, el Centenario con capacidad para 90 mil espectadores, no se haya utilizado hasta el sexto día de competencia debido a que no se terminó de construir a tiempo debido a las intensas lluvias que cayeron sobre Montevideo, son anécdotas nada interesantes comparado a lo que pasamos a contar.
Comencemos que todas las selecciones participantes fueron invitadas por la FIFA. Varios países expresaron su disposición a acoger el torneo. El que más insistía era Uruguay, y el hecho de que obtuviera el derecho de celebrarlo no fue algo casual. En aquel entonces el país estaba en la vanguardia del desarrollo del fútbol, prometiendo construir un gran estadio (aunque cumplió la promesa con un pequeño retraso) e incluso pagarles los gastos a todos los participantes. Además querían celebrar así el aniversario 100 de la promulgación de su primera Constitución (18 de julio de 1830).
Fue el Uruguay vs. Perú del 18 de julio el que inauguró este coloso. El triunfo fue local por 1-0. El pórtico nacional estuvo resguardado por Pardón de esplendorosa actuación, como se puede corroborar en las crónicas de ese compromiso.
Bueno, pero pasemos mejor a la final del 30 de julio. En ese entonces los balones eran de paños de cuero que se cerraban por fuera con un cordón a forma de pasador llamado tiento y en su interior tenían una vejiga de res.Se inflaba con la fuerza de los pulmones.
No había dos balones iguales. Es por eso que en ese partido entre Uruguay y Argentina se decidió jugar el primer tiempo con la pelota de los argentinos  y el segundo con la de los locales.
La historia y el marcador cuentan que en los primeros 45 los gauchos ganaban 2-1 y que en el complemento les voltearon el score, terminaron perdiendo 2-4.
¿Qué pasó en el entretiempo? ¿Por qué Argentina se desmoronó en el segundo tiempo? “Mejor que perdamos, si no aquí morimos todos", llegó a decir el recio zaguero Fernando Paternoster, capitán argentino, a sus compañeros en el vestuario.
Luis Monti, un mediocentro defensivo con fama de leñador acabó derrumbándose psicológicamente ante tanta amenaza de muerte. “Monti estaba tan asustado que cuando se caía un uruguayo iba y lo levantaba”, recordaba su compañero Francisco Varallo.
Monti reconoció años más tarde, nadie quería ganar la final del primer Mundial de la historia por miedo a morir: "Cuando volvimos para jugar el segundo tiempo había como trescientos militares con bayonetas caladas. A nosotros no nos iban a defender. Me di cuenta que si tocaba a alguien se prendía la pólvora. Entonces les dije a mis compañeros: "Estoy marcado, pongan ustedes que yo no puedo".
Pitazo final del árbitro belga John Langenus y la fiesta total con un estadio casi en su totalidad uruguayo, ojo que a ese partido asistieron 20 mil argentinos. José Nasazzi fue el primer capitán en levantar la Copa del Mundo.
Los argentinos regresaron a su país y fueron recibidos como héroes, como los campeones del mundo. Esa reacción popular – tal como lo explicó el filósofo argentino Juan José Sebreli – creó el calificativo de “campeones morales”

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