Cuando Ospina se cruzó en el camino de Sotomayor

En su presentación en Alianza, con Saenz. Jugó poco.

Muchos dijeron que se fue muy pronto, como lo hizo Jorge Lazo cuando cambió la rojinegra por la celeste de Cristal. Pero Christian Sotomayor sintió que fue el momento apropiado. Llevaba cuatro años en Melgar y tenía que dar el gran paso, jugar por un grande del fútbol peruano.
El escogido fue Alianza Lima. Alberto Masías lo llamó. Además la propuesta era irrenunciable. 200 mil dólares por dos años, era más de lo que podría ganar en un Melgar que vivía en austeridad. Ojo, aclaremos que eran los finales de los 90´, donde el fútbol peruano aún era franciscano y los “grandes” no solo lo eran en historia sino que manejaban la billetera más gruesa.
El miraflorino que había firmado en el 95 por Melgar por menos de 300 soles mensuales, pertenece a la gran promoción de arequipeños que ese año fueron seleccionados por el entrenador cusqueño Héctor Berrío para quedarse en la dominó.
“Recuerdo que el profesor Berrío llamó a todos los jugadores destacados de todas las ligas distritales. Yo jugaba en el Tingo María de Miraflores y tuve la suerte que me seleccionaron junto a otros jugadores de Copa Perú, ese año el 95 % del equipo era de Arequipa”, recuerda.
Cuando llegó a Alianza pensó que sería su consagración nacional, pero al frente se cruzó Edgar Ospina, el técnico colombiano del que se han tejido muchas suspicacias, la principal es que es una mala persona cuando no estas dentro de los jugadores que recomienda.
Sotomayor lo sufriría en carne propia. El Negro llegó ilusionado a Alianza, poco a poco fue abriéndose camino en un grupo muy complicado con grupos muy bien definidos. Su debut fue ante IMI de Talara, ingresó en el segundo tiempo y anotó el quinto gol de la paliza de 5-0 en Matute. Pensó que de ahí todo surgiría por sí solo, pero no fue así. No jugó nunca más. Es más pensó que lo llevaría a Arequipa para enfrentar a Melgar en la sexta fecha, pero ni en lista de suplentes salió. Algo estaba mal.
No dijo nada, pero la química estaba rota. Cienciano lo llamó para que juegue el Clausura, él aceptó de palabra y se comprometió a hablar con Masías para que lo ceda a préstamo. En la última fecha de ese Apertura, Ospina no tenía delanteros. Pizarro, Sáenz, Chévez y el colombiano Moreno habían sido llamados a la selección. “No había delanteros y Ospina decide subir a un juvenil al primer equipo para no hacerme jugar”.
Tuvo que intervenir Masías. Bajó al vestuario en pleno partido y le pidió a Ospina que coloque a Sotomayor. El colombiano accedió y el arequipeño anotó un gol en el triunfo 2-1 sobre Cienciano.
Alianza no lo dejó ir a Cienciano, le puso candado, pero ya había un corte circuito con el técnico que casi termina en las manos cuando Sotomayor le reclamó por algunas indirectas que lanzaba en los entrenamientos. “Decía en las prácticas, hagan bien las cosas o los ignoro como a algunos… ahí me calenté y lo encaré delante de todos. Fue peor, ya ni nos hablábamos. Ese colombiano es una mala persona, como no pertenecía al grupo de sus jugadores no me colocaba. El plantel se hartó de él y acordó sacarlo del equipo, y así fue”.
A falta de 4 fechas para terminar el Clausura, la directiva de Alianza botó al colombiano y trajo de vuelta a Jorge Luis Pinto, pero Sotomayor ya no quería saber nada con Alianza.
El próximo año se fue a Aurich donde se malogró ambas rodillas, luego pasó por Atlético Universidad donde también hay otra historia interesante por la forma como la Universidad San Agustín desviaba fondos para pagar a planillas de jugadores, los hacía pasar como jardineros o asistentes de práctica. Eso lo contaremos después.
Bueno, Sotomayor terminó jugando en Juliaca por la Universidad Andina donde hoy es jefe del área de cultura, recreación y deportes. Pero, además, es cantante y arma shows profesionales tanto en Puno como Arequipa.

Comentarios

Anónimo dijo…
La verdad es que yo, aliancista, NUNCA entendí porqué Ospina no lo tenía de titular. Había sido el goleador del clausura del año pasado y venía con la mecha prendida, con hambre de gol. Creo que con Sotomayor campeonábamos ese año. De todos modos, mis respetos y saludos para este goleador.