Villalba y Amoroso reflejan la desazón por un resultado que los acerca más al fracaso (Foto Click). |
Cómo un equipo de tan prolijo manejo del balón, que debe ser uno de los que mejor juega en un torneo donde son los menos los que pueden dar tres pases seguidos, está prácticamente sentenciado a no pelear el título nacional. Cómo este Melgar que es el de mejor posesión del balón en lo que va del año, va directo al fracaso de no pelear el campeonato a fin de año. La respuesta es complicada, pero se resume en la falta de jerarquía.
Desde que se fue Juan Reynoso en octubre de 2017 eso que comenzó a construir en el 2014, fue desapareciendo en las manos de sus sucesores Enrique Meza, Hernán Torres, Jorge Pautasso y, ahora, Diego Osella.
Lo de Melgar esta tarde hace rememorar aquellas tardes que parecían olvidadas cuando uno salía del estadio con el único consuelo de que se jugó bien y se masticaba la bronca de la derrota. Hoy ante Manucci, los rojinegros lo hicieron casi todo bien, todo lo que practicaron en la semana, toque, triangulaciones, fútbol y muchas ocasiones de gol.
Se contabilizó 22 remates al arco y un monopolio en el manejo de la pelota que rozó el 75 %, todo un escándalo ante un rival que en su primer disparo directo al arco marcó el gol que le dio el triunfo en Arequipa.
Si Osella no pudo antes ni ahora y quizá no lo hará en un futuro próximo, rearmar a su equipo, luego de recibir el gol de José Fernández a los 59' con 30 valiosos minutos aún por jugarse, también habría que buscar responsables en el rectángulo de juego.
Ávila se comió hasta cuatro goles cantados, Cuesta tuvo una clara que sacó el portero Heredia, Narváez un remate y un cabezaso a quemarropa, pero sin suerte, Villalba, Amoroso otro cabezaso solo y la última donde intentó meterla de taco, Arakaki también tuvo un par, etc.
Si el técnico argentino no tuvo capacidad de reacción, los que definen los partidos, los que están en la cancha pese a toda su experiencia volvieron a caer en esos errores intrínsecos de este plantel de futbolistas que pasan más por lo anímico que por lo futbolístico.
Tras el gol inaudito de Fernández, se esperaba ver la reacción frontal, violenta, visceral de Melgar, pero lo que siguió fue el mismo libreto de paciencia, de toque, de querer tenerla clara para disparar al arco. Se siguió respetando una idea de juego cuando lo que se necesitaba era la anarquía, dejar el toque por el disparo franco, pelear la pelota como si fuera la última; es decir, más sacrificio, más entrega en la recuperación cuando se perdía en un pase de más o falto de potencia.
Quizá eso es lo que le molesta a la tribuna, ver cómo sus colores adolecen de indignación, de anarquía, de ir a la mala por un resultado que a estas alturas del campeonato era vital para pensar en campeonar.
LOS NÚMEROS HABLAN POR SÍ SOLOS
Melgar va en el puesto 8 del Clausura con 13 puntos. Está a 6 del líder, Universitario, a 4 de Alianza Lima, a 3 de Cristal, Manucci y Huancayo, y a 1 de Boys y Unión Comercio.
Faltan por jugarse aún 9 fechas, de las cuales 4 las jugará en Arequipa (Unión Comercio, Binacional, Alianza Lima y Cristal) y 5 de visita (Alianza Universidad, Sport Huancayo, Sport Boys, Comerciantes Unidos y Cantolao).
Para pelear el Clausura y conseguir un cupo directo a los play off, los rojinegros a estas alturas dependen de lo que puedan hacer los 7 clubes que están delante de ellos. Es decir, su futuro no está en sus manos.
La otra opción es quedar 1 o 2 en la Tabla del Acumulado y ahí el panorama es más complicado. Melgar va séptimo con 36 puntos, a 12 del líder Sporting Cristal (48), a 11 de Binacional (74), a 7 de Alianza Lima (43), a 6 de Universitario (42), a 4 de Huancayo (40) y a 2 de Vallejo (38).
Ya a estas alturas hay que sacar la calculadora y buscar esperanzas en las matemáticas.
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